este sector


Cuando nació este blog estaban quedando atrás los tiempos en los que ir a la feria de Frankfurt era “la manera” de estar bien informado. Editores y distribuidores editaban en papel sus catálogos y te los enviaban por correo ordinario. Muchas editoriales no tenían web, y las que la tenían la utilizaban como simple escaparate, no tenían colgado todo su catálogo, no enseñaban el interior de los libros y por supuesto NO vendían libros directamente, para eso estaban los distribuidores y los libreros.

Se podía vislumbrar entonces el inicio de un cambio para el sector editorial asociado a las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. Pero era todo futuro lejano. El sector editorial se negaba a mirase en el reflejo del sector de la música (ya obligada a transformare con dolor) refugiándose en la creencia de que su razón de ser giraba alrededor de un objeto: el libro. Y un objeto es un objeto. Y como tal necesita creación, producción, distribución…. necesita autores, editores, comerciales, transportistas, libreros….en resumen, una cadena de valor perfectamente organizada en la que todos los agentes implicados cumplían su papel ordenadamente.

La eclosión de la web 2.0, obcecada en la participación y la distribución horizontal de la información, ilusionada por la inteligencia colectiva y empeñada en facilitarnos la vida digital ha transformado para siempre la cadena de valor del sector editorial. El creador, si quiere, puede asumir los estados intermedios y vender su obra directamente. El papel prescriptor del librero, puede ser asumido más eficazmente por otros prescriptores de prestigio intelectual. El productor, que ya asume los costes de difusión, puede vender directamente sus libros, obteniendo así un porcentaje mayor por venta.

Este panorama, que puede ilusionar por las innumerables posibilidades que plantea, lo único que hace de momento es contribuir a la atomización del sector, y un sector atomizado, en este país no quiere decir más riqueza y variedad, quiere decir desregulación y ruina. Que se lo pregunten sino a los aristas visuales, a los gestores y productores culturales…..